Leer es un vicio solitario que se puede compartir.

Tengo otros pero suenan menos adecuados.

Fuera de temporada: cuando se está al margen de las modas

Todo está de alguna manera sujeto a las modas desde el momento en que todo, o prácticamente todo, es hoy en día un producto de consumo. Da igual que hablemos de ropa, de música o incluso de pensamiento: en cualquier momento prende la chispa de una idea y se desata la hoguera de una tendencia. No es precisa la originalidad; de hecho, cuando se alcanza el grado de incendio, lo original es un concepto tan alejado de la norma predominante como la astronomía para un primate. Se lleva el color rojo o la comida japonesa y tu mundo se tiñe de escarlata mientras te ofrecen sushi para desayunar. La moda se impone. Incluso en los libros.

Un rápido vistazo a las novedades de las librerías, a las reseñas en revistas y blogs y a las manos de los lectores nos mostrará la tendencia de la temporada. Yendo un poco más allá, se pueden categorizar esas tendencias y al público que las sigue, pues no todas llegan por igual a todas las personas (si se definen las tendencias en función del público a quienes están destinadas o, por el contrario, se define al público a través del consumo del producto daría para otra discusión). La lectura se ha convertido en un indicador social más, de algún modo, y no sólo en tanto se es lector o no, sino en cuanto a qué libros se leen. Ha pasado a formar parte del estilo de vida, como la manera de vestir o el alternar en determinados ambientes.

Cuando se reúne un grupo de gente con cierta cercanía o afinidad, se va a hablar de la serie que todo el mundo ve, el libro que todo el mundo lee y el restaurante al que todo el mundo va… todo el mundo de su entorno, se entiende. Y a quien no secunda la moda imperante dentro del grupo se le mira con extrañeza, incluso con condescendencia. Si estás a la última en lecturas sociales, tienes que haber leído alguno de los libros que saturan las listas de más vendidos, sea romanticismo calentorro o aventuras de tintes históricos plagadas de personajes recurrentes. Si formas parte de un círculo algo más intelectual, no puedes dejar de tener en tu haber algunos títulos o autores de los que llaman “de culto” y cuentan con cierta celebridad y, a poder ser, algún premio reputado. Si no has leído nada de eso, permíteme que te diga que eres un bicho raro, probablemente un esnob, te gusta ir a contracorriente y quieres llamar la atención. Como un albaricoque en pleno invierno, estás fuera de temporada.

2 comentarios:

  1. +10 Bueno, creo que la pasión por la lectura abarca más que la moda que se impone y sus consecuencias sociales.

    A mi me encanta cuando un amigo lee algo nuevo, me lo presta y así formamos la cadena jeje

    También te digo que hay sitios en los que estás casi obligado a comprar los más vendidos o a pillar tesoros en mercados de segunda mano.

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  2. Niña de la sopa fría, claro que la lectura es mucho más, sobre todo para quienes la viven desde dentro, no para los meros lectores sociales, que los hay y son legión.
    Y, efectivamente, es difícil no dejarse avasallar por las propuestas comerciales, que a veces son las únicas que encuentras y, ojo, no por ser comerciales tienen que ser mala literatura, para nada. Hay que probarlo todo, entre otras cosas porque, si no, ¿cómo vamos a juzgarlo?
    Hasta pronto ;) y, por cierto, que hace un tiempecito que es para sopa calentita, jeje.

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